¿Cuánto dinero quieres cobrar?

La pregunta del salario, o de cuánto quieres cobrar, es una de las más repetidas por los técnicos de selección de personal en las entrevistas de trabajo. Por eso, hoy nos hemos propuesto ayudarte a contestarla de la manera más adecuada posible.

El dilema del salario

En las entrevistas de trabajo se establece una relación muy curiosa entre el candidato y el entrevistador. Me explico. Lo más probable es que busques cambiar de trabajo para conseguir un aumento salarial, mejores condiciones laborales, un puesto más acorde con el trabajo que te gusta hacer, o todo lo anterior.

Sin embargo, te sorprendería la cantidad de veces que este tipo de cuestiones se omiten durante la entrevista. La conversación empieza a girar sobre tu experiencia, lo preparado que estás para el puesto y las funciones que vas a desempeñar… y nos olvidamos de la parte interesante.

En una sociedad utópica, podrías preguntar cuánto van a pagarte antes de hacer la entrevista y nadie se ofendería. Pero muchas empresas valoran la cultura del esfuerzo, y las ventajas adicionales del puesto, por encima del salario. Por eso, puede llegar a resultar demasiado brusco que empieces por ahí, aunque ambas partes sobreentienden que estás ahí para trabajar por dinero.

Antes de ir a la entrevista

Una vez entendido esto, pasemos a hablar de la cuestión en sí. Algo que cualquier headhunter sabe es que la mayoría de empresas cuentan con una horquilla de salarios entre las que moverse. Por eso es muy importante que investigues a fondo la empresa antes de acudir a la entrevista.

Trata de revisar si en la oferta a la que aplicaste, o en otras similares, se especifica. Busca si es una empresa grande, mediana o pequeña. También puedes mirar si conoces a alguien que haya trabajado ahí (para eso puedes valerte de tus contactos de LinkedIn) o buscar en Google algún estudio que te pueda aportar información sobre el salario medio para cada sector en tu país.

Con todos estos datos, y tu experiencia en otros puestos, podrás hacerte una idea aproximada sobre cuánto dinero podría llegar a ofrecerte la empresa. A partir de aquí, puedes encarar la entrevista con esa horquilla de salarios en tu cabeza.

Esto te servirá para estar más tranquilo. Después, puedes esperar a que el entrevistador saque la cuestión y, en caso de que no lo haga, siempre puedes usar la típica pregunta de ¿tienes alguna duda? para lanzarte.

¿Cuánto dinero quieres cobrar? Las respuestas clave

Alinea tu respuesta

Si es el entrevistador el que te pregunta cuánto dinero quieres cobrar, la cosa es más sencilla. Gracias a la horquilla de salarios que comentábamos, puedes proponer una cifra que se encuentre alineada con lo que quieres ganar, lo que se cobra de media en tu sector y las posibilidades que la empresa puede llegar a ofrecerte.

Valora lo que la empresa te ofrece

Otra forma de contestar muy adecuada, sobre todo para empresas como las que hemos comentado anteriormente, que valoran más las ventajas del puesto que el salario, es restar algo de importancia. Por ejemplo, puedes decir que “no quieres cerrarte puertas por decir una cifra, dado que valoras más la oportunidad de trabajar en una gran empresa”.

O que “el salario te parece algo secundario, porque lo que buscas es un ambiente de trabajo cómodo, con compañeros agradables”. También puedes tirar de un clásico “me interesa este puesto porque estoy convencido de que aquí podré crecer como profesional y desarrollar todo mi potencial. El salario es algo secundario para mí”.

Cuidado con la cifra

En cualquier caso, desde aquí te recomendamos que siempre digas una cifra, o una horquilla, con la que te sentirías cómodo. Incluso, dependiendo del puesto, puedes llegar a pedir algo más de lo que ‘te correspondería’. Si está fuera de las posibilidades de la empresa, el entrevistador te lo hará saber.

No hay nada más frustrante que saber que has conseguido el puesto y que te ofrezcan un salario cerrado que luego no puedas negociar. Por esta razón, siempre es mejor proponerlo si tienes la oportunidad.

Por último, ten en cuenta que la horquilla es un arma de doble filo. Si dices dos cantidades, lo más común es que la empresa te ofrezca primero la más baja que dijiste. Es algo lógico, con lo que no debes sentirte incómodo. Siempre puedes preguntar si es negociable (en la mayoría de casos lo es) para proponer una nueva cifra más acorde a tu experiencia.

Si has llegado hasta aquí, ahora seguro que estarás más preparado para enfrentarte a la pregunta del salario en tu próxima entrevista de trabajo. Desde GBS Recursos Humanos te animamos a buscar el trabajo (y el salario) de tus sueños. Y si necesitas ayuda para lograrlo, ya sabes dónde estamos 😉

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