Rutina de 5:00 a 9:00 ¿Productividad o autoexplotación?

Hay algo que comparten magnates como Bill Gates, Steve Jobs (cuando aún vivía) y Elon Musk. Al margen de su impresionantes fortunas, todos tienen una rutina estricta, que empieza muy temprano en la mañana. Hoy repasamos si este método es una buena práctica para aumentar la productividad o pura autoexplotación laboral.

Rutina para productividad

Si quieres hacer cosas, debes planificarte. Esto es algo que los freelance sabemos muy bien. Y es que puede que trabajar desde casa, sin las molestias de tener que desplazarte al trabajo o de distracciones de la oficina, pueda parecer un sueño para tu productividad.

Sin embargo, la realidad es que ese mar de horas puede suponer abrumador al principio. Por eso, organizar tu jornada de manera minuciosa puede suponer la diferencia entre llegar a realizar todas tus tareas pendientes o no.

La rutina de 5:00 a 9:00 ¿Qué ventajas tiene?

La mayoría de personas que apuestan por una rutina de 5 a 9 de la mañana destacan una ventaja muy importante: con este método evitan las distracciones. Por ejemplo, el youtuber especialista en productividad, Matt D’Avella, tiene un vídeo probando este método durante 30 días.

Sus conclusiones son que este método le ayudó a trabajar porque, simplemente, no tenía nada más que hacer. A esa hora no recibes correos electrónicos, ya que la mayor parte de la población está todavía durmiendo. Las redes sociales están vacías de contenido y da igual cuantas veces hagas scroll para refrescar Instagram o Twitter: no encontrarás nada nuevo.

Además, los miembros de la familia también duermen, por lo que no tendrás la demanda de atención de los hijos o cualquier otra actividad familiar que pueda distraerte. Incluso, al ser todavía de noche, es complicado que te apetezca salir a hacer deporte o incluso cocinar un delicioso desayuno.

En resumen: parece que de las 5 a las 9 de la mañana solo hay dos cosas que hacer: dormir o trabajar. Sin embargo, y aquí viene el giro de guion, Matt también cuenta que este método arruinó su rutina de sueño y que, después de probarlo, decidió dejarlo porque no era para él.

¿Cómo saber si te estás ‘autoexplotando’?

Durante mi amplia experiencia como freelance siempre he defendido, y defenderé, que una de las grandes ventajas de este formato de trabajo es que tú decides cuánto y cómo trabajas. No tienes la obligación de aceptar más encargos de los que puedas llevar, como sí ocurre en algunos puestos de alta responsabilidad.

Esto te ofrece la ventaja de trabajar, de verdad, cuando quieras. Puedes organizarte para trabajar por las tardes, los fines de semana, de 4-10 o de 5-9. La clave aquí es encontrar la rutina que mejor se adapte a tus necesidades.

En el caso de los trabajos por cuenta ajena, la flexibilidad de tu horario será la que determinará si puedes permitirte esta rutina. Si tienes la posibilidad de comenzar tu jornada antes, puede que eso suponga un extra de productividad que no encuentres más tarde en tu jornada, así que aprovéchalo.

Y, como consejo, huye de las voces, externas e internas, que te dicen que lo que haces está mal, simplemente porque no te adaptas a los cánones ‘normales’. Muchas personas pueden criticar tu método, simplemente por desconocimiento o porque a ellas no les funcionaría… pero si para ti está bien, eso es lo realmente importante.

Primero, el descanso, luego, todo lo demás

Eso sí, existen muchas personas, sobre todo en redes sociales, que han alzado la voz contra este tipo de rutinas, por considerarlas una nueva estrategia de la cultura de la hiperproductividad para restar importancia al descanso y favorecer la autoexplotación. Y eso sí que no.

Para llevar a cabo este tipo de rutinas, también deberás cambiar tu rutina de descanso. Esto implica que si quieres levantarte a las 5 de la mañana para trabajar, deberás programar tu tiempo para cocinar a las 19:00 de la tarde, cenar a las 20:00 y estar en la cama a las 21:00. De este modo podrás dormir las ocho horas recomendadas y levantarte lleno de energía para emprender tus tareas y ser más productivo.